Tres días de silencio y escucha: Un encuentro transformador con el Amor de Dios
Comenzábamos el mes de noviembre con una convocatoria especial, que siempre llega en buen momento después del inicio ajetreado de principios de curso. Los Ejercicios Espirituales son una oportunidad perfecta para parar y escuchar, para transformar desde el silencio que nos invita a encontrarnos con Dios. Irene Martín, antigua alumna del colegio Sagrado Corazón de Linares, con su testimonio, nos cuenta como vivió estos días de encuentro personal con Jesucristo.
Tres días donde frenar, hacer silencio, parar para escuchar, para escucharle; tres días en los que dejarnos llenar por el amor de Dios.
Vivir los ejercicios siempre es un regalo: un regalo por el lugar, por la naturaleza presente en todo el colegio, el mar de fondo, la luz que entra por cada rincón, la compañía… vivirlo en familia, tanta gente conocida, de distintas generaciones, buscando lo mismo, llamadas a lo mismo, llamadas por Él.
EL SILENCIO SUENA
El silencio y la escucha son necesarios entre tanto ruido de la vida diaria, y se nos han regalado días donde poder vivirlo. Me parece un error hablar de silencio, al menos de silencio absoluto, que es lo primero que pienso al ir de ejercicios, porque, dando pie a ese silencio, es como sale la verdadera conversación y escucha con el Señor; es ahí donde Él se regala, donde te habla directamente, a ti, a tu corazón. Hacer silencio para escucharle, porque Él no deja de hablarnos.
Francisco, jesuita, nos ha acompañado y guiado durante el fin de semana, y solo puedo agradecer. Agradecer cómo nos ha acercado el evangelio a nuestra vida, a nuestra realidad, y cómo nos ha mostrado al Señor de una manera tan cercana, tan bonita.
Días de calma, de respirar, de preguntar, de buscar respuestas, de poner lo importante en el centro y de dejarnos empapar por Él. Los ejercicios siempre me acaban sorprendiendo, me sorprende el proceso: cómo, sin forzar, sin apresurar, sin esforzarse, solo dejándolo estar, Él se encarga de parar contigo, de acompañarte y guiarte en cada momento.
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