El Proyecto 50/50 nos congrega para seguir liderando la transformación de hábitos desde los alumnos hasta los hogares
La educación en el cuidado de la energía promueve en los colegios Spínola un valor en acción que nos diferencia como escuela conectada con la realidad
Con el inicio de curso se reactivan numerosas iniciativas y el Proyecto 50/50 nos ha congregado en una sesión de puesta en marcha global. Un encuentro intercentro e intergeneracional en el que hemos comprobado todo lo bueno que ha traído esta metodología, los sueños que tenemos para el futuro y el valor que tiene este proyecto para educar en el cuidado de la energía.
Este es el quinto curso escolar que el Proyecto 50/50 forma parte de la vida de nuestros centros; mucho más que una forma de ahorro energético y de agua, más que una metodología cooperativa e intergeneracional. Un compromiso para valorar lo que tenemos, transformar nuestros hábitos y cuidar la Casa Común. En la voz de nuestros alumnos hemos reconocido que queremos que el cuidado de la energía sea un valor en acción que nos identifique como centros Spínola; un valor que queremos vivir.
NUESTRO ALUMNADO, PROTAGONISTA DEL CAMBIO QUE TODOS NECESITAMOS
Los delegados energéticos de los centros (alumnos mayores), los coordinadores de los equipos energéticos, jefes de estudio, administradores, el equipo económico administrativo y el equipo pedagógico-pastoral de la Fundación hemos compartido una reunión que nos ha reforzado como gran equipo y a la vez ha impulsado a cada uno, desde su rol, a seguir soñando con este proyecto.
Ha sido muy interesante escuchar qué aprendizajes valora más el alumnado del Proyecto 50/50: trabajo en equipo, reconocer sus hábitos y costumbres, pararse a pensar, comprender distintos puntos de vista, explicar los acuerdos al resto de compañeros etc, así como las iniciativas que van tomando (videos, cartelería, entrevistas…) para comunicarlo a otros. Quieren conocer y comprender, ser cada vez más protagonistas del proceso, estrenarse en liderar los cambios que todos necesitamos.
DESPERTAR LA CONCIENCIA
Desde la mirada de artistas, hemos conectado nuestro proyecto con algunas obras que desde el arte en la naturaleza, el álbum ilustrado o el arte urbano nos hablan del mundo de hoy, nos ayudan a ampliar nuestra conciencia, nuestra sensibilidad y a hacernos preguntas sobre la crisis climática y nuestra manera de vivir.
Y viajando desde nuestras pantallas a otros puntos del mundo, nos hemos conmovido con las experiencias sobre el uso y el acceso a la energía de los alumnos Abreu Moisés, Mika y Nelson (Escuela Sagrado Corazón de Alto Luena, Angola), y las religiosas Mariví, adc (Escuela Las cumbres Portoviejo Ecuador) y Carlota-adc (Escuela Santa Teresa-Luanda, Angola). Desde sus testimonios nos quedamos con preguntas muy valiosas:
¿Cuánta energía necesitamos para vivir? ¿Qué huella estamos dejando en el uso de la energía? ¿De quién es la energía?
Agradecemos enormemente estos testimonios, reveladores e inspiradores. Sin ninguna duda una llamada al cuidado, la justicia y la ecodependencia, tres buenas maneras de sensibilizarnos para el bien común.
PEQUEÑOS GESTOS QUE GESTARÁN GRANDES PROCESOS
Nos hemos dado cuenta de que hay una gran desigualdad en el acceso, el uso y el aprovechamiento de los recursos en todo el mundo y afecta especialmente a las personas más empobrecidas; hemos aprendido cómo se cuidan los recursos del agua y la electricidad mirando por toda la comunidad, no solo en beneficio propio; sabemos que hay algo que cada uno de nosotros ya puede hacer de forma diferente en nuestro día a día.
Para finalizar nuestro encuentro, tuvimos un breve espacio para soñar qué nos pasaría dentro de algún tiempo cuando el Proyecto 50/50 se haga “mayor”, qué sería diferente. Dos ideas aparecen con fuerza:
“Queremos que suceda una transformación real que se note en cómo cuidamos, usamos y reutilizamos la energía”. “Queremos estar convencidos de que nuestros pequeños gestos pueden contribuir de verdad a cuidar lo que es de todos y que nuestro compromiso anime a otros sanar nuestra Casa Común”.
Es la llamada urgente que nos hace Papa Francisco en la reciente Laudate Deum (71) “El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura (…)aun cuando esto no produce de inmediato un efecto muy notable desde el punto de vista cuantitativo, sí colabora para gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad”. Es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana.
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