Campamento de 3º y 4º ESO: “He desconectado de la rutina para conectar conmigo, con Dios y con gente maravillosa”
“Éxodo” es una vivencia inolvidable para nuestros alumnos de 3º y 4º ESO. Ese camino hacia la Tierra Prometida como Pueblo de Dios, genera una experiencia de inmersión que sella la alianza con el Señor que nos dice: “Yo estoy contigo”.
Cristina Moyano, alumna del Colegio Sagrado Corazón de Linares, y María Pereira, alumna del Colegio Marcelo Spínola de Jaén nos cuentan en primera persona lo valioso de estos días:
No podría haber terminado mi paso por el cole de mejor manera que con este campamento. Allá por el mes de mayo recibí una llamada de Dios, una llamada que me invitaba a emprender un viaje hacia Corteconcepción, saliendo de mi zona de confort y dejando todos los planes de verano atrás para poder vivir esta experiencia.
Todos los campamentos me parecen experiencias inolvidables que se viven y se sienten con el corazón, siempre dejan una huella importante en tu memoria y te llevas un nuevo aprendizaje. De todos sólo puedo sacar cosas buenas…te ayudan a crecer como persona, a reforzar los valores cristianos, a seguir el camino de fe, etc. Concretamente, el de este curso “Éxodo”, no ha sido menos. Ha supuesto otra de las muchas experiencias que he tenido la suerte de poder vivir, que siempre voy a recordar en mi corazón.
La realidad ha superado mi expectativas; en todo momento me he sentido acompañada de gente dispuesta a escuchar la llamada de Dios, como yo. Gente que siempre estaba dispuesta a escuchar y abrirse a ti; gente con la que conectas, disfrutas, compartes experiencias y creas lazos para toda la vida.
Agradecer a todos los monitores que han hecho posible esta experiencia, por toda su paciencia y capacidad de sacarnos una sonrisa; también por ser nuestra luz, que nos guía en el camino de la fe. Son momentos vividos que nunca olvidaré, los guardaré como un tesoro. Agradecer también a todos las personas que he podido conocer. Gente maravillosa que hacen que la vida la veas desde otra perspectiva, que te sacan una sonrisa cada vez que estás triste. Gracias a mi tribu, que me han dado la confianza suficiente para poder expresar mis pensamientos sin ser juzgada, me han ayudado cuando tenía algún problema y me escuchaban, me daban su amor cuando no estaba bien. Y como no, agradecer a mi familia que me hayan brindado la confianza para permitirme vivir esta experiencia única.
Hemos aprendido que conseguir la libertad tiene un precio y hay que aprender a valorarla y cuidarla. Me siento muy afortunada de haberla vivido. Tengo claro que lo seguiré haciendo…así que hasta la próxima, familia Spínola.
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